Voy a aprovechar que hace poco que el grupazo Mamá Ladilla sacó un nuevo disco, su "Jamón Beibe", gran frisbi de 17 temas que acompañaron con un libro de colaboraciones en el que humildemente y con gran ilusión colaboré; y voy a publicar una entrevista que le hice a Juan Abarca, y que publiqué en el Fanzine Fetiche, dos años hace ya de aquel momento.
Ante todos ustedes:
GIRA CON MAMÁ LADILLA
Los días 22 y 23 de febrero del 2008 el Fanzine Fetiche se fue de gira con Mamá Ladilla en su Autorretretour por Alicante y Murcia. Fiestón.
Relatamos aquí la magna experiencia, intercalando tema con una entrevista a Juan Abarca.
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Mamá Ladilla, grupazo compuesto por Juan Abarca (cantante, guitarra), Ferro (batería) y Javi Rojas (bajo); son saludados a su llegada a la sala de concierto. Comenzado el evento, los Ladilla se muestran divertidos, sagaces, profesionales, impecables, veloces, tremendos y triunfales.
Karrajo - Ya son varios años de experiencia. ¿El trabajo con Mamá Ladilla es cómodo a estas alturas? En cuanto a ensayos, buscar salas para conciertos, las pruebas de sonido, organizaros y todo eso.
Juan Abarca - Es duro, pero se lleva bien. Supongo que no se llevaría tan bien si no lo hiciéramos por placer, si no hubiéramos apostado por vivir de la música pase lo que pase.
K - ¿Qué es lo mejor y lo peor de girar?
J - Lo mejor, sin duda alguna los conciertos propiamente dichos. Lo peor, casi todo lo demás: los horarios nocturnos, el cansancio, la carga y descarga, la conducción, el tener que pelearte con la gente por las condiciones, el no cagar en tu váter… un sinfín de marrones.
K - ¿Lo más raro que os han dicho en un concierto?
J - A mí me increpó una vez un borracho (de los cientos que me han increpado), reconviniéndome porque la camiseta que llevaba, al parecer, no pegaba con los pantalones.
K - ¿Lo más raro que has dicho tú?
J - No sé, a mí me gusta mucho lo de “La canción que acabamos de tocar se llama, y ahora vamos a hacer otra que lleva como título”.
K - Ya que habéis girado por toda España, ¿en qué ciudad se come mejor?, ¿nos recomendáis algún restaurante?
J - En Galicia en general. Cualquier sitio en que puedas pedir pulpo, calamares o cosas así es la pera. Para un madrileño el pescado fresco puede ser un manjar, y encima más barato que en casa. En Santander, tres cuartos de lo mismo.
Al día siguiente, el comité de bienvenida Fetiche obsequia con una paella a cargo de Héctor Gomis al tropel Ladilla, para su adecuada nutrición y un adecuado avituallamiento antes del siguiente concierto. Ellos, agradecidos, traen un vino que a los del fanzine se les olvida abrir, quedando este descuido un poco feo. Les compensamos con una sesión musical de vinilos en la sobremesa.
K - ¿Cuál es tu primer recuerdo musical? O bien, primera canción/disco que compraste/escuchaste.
J - Tengo tres hermanas mayores, que escuchaban los hits de turno. En aquellos momentos los hits de turno podían llegar a ser muy buenos (sí, de verdad), en incluso a veces contenían textos con cierto sentido y una sintaxis medianamente correcta. Así conocí a la E.L .O., ABBA, The Beatles y un montón de cosas así, pero no recuerdo en qué orden. El primer LP que me compré, con la pasta de todo el año, fue ABBA canta en español. Y tres décadas después sigo aplaudiendo mi decisión, es buenísimo.
K - ¿Algún disco que recuerdes de la colección de vinilos de Héctor Gomis?
J - Hombre, a Palito Ortega ya me lo he bajado en su triste versión comprimida, y estoy estudiando la posibilidad de “deconstruir” la letra. Otro que no olvidaré por muchos años que viva (rencoroso de mí) es a Luis Aguilé, o como lo llama Ferro, “Pilón”, y su aberrante despropósito Ven a mi casa esta Navidad. Es absolutamente insoportable.
K - 5 canciones de obligatoria escucha bajo tu recomendación que puedas clasificar como "5 mejores canciones de todos los tiempos"
J - Eso es imposible y bla, bla, bla. Pero te digo cinco que me gustan mucho-mucho: Adiós, reina mía, de Eskorbuto; Velouria, de los Pixies; No aloha de The Breeders; Holiday in Cambodia de Dead Kennedys; Living la vida loca en versión de The toy dolls.
K - Ya que estamos, también te pedimos alguna recomendación sobre otros artistas (escritores, dibujantes o lo que se te ocurra) que te hayan gustado.
J - Se me ocurren de pronto comics: Maus, de Art Spiegelman, que me pasó por encima, o cualquier cosa de Mauro Entrialgo, sobre todo cuanto más bizarro se pone. Hay otros dibujantes de El Jueves que me parecen la hostia, como Miguel Brieva, Monteys, Carlös o Paco Alcázar.
K - ¿Has conocido a algunos de esos artistas o te gustaría hacerlo para comentar tus impresiones sobre sus obras, o incluso con la intención de que ellos conocieran las tuyas?
J - No, lo único que me hace ilusión de verdad es hacer cosas conjuntamente con alguien a quien admiro, pero para obtener un resultado. A veces surgen ocasiones así y se pasa muy bien.
Tras la sobremesa, Mamá Ladilla parte rumbo a Murcia, a probar sonido, reposar y esas cosas. Una representación del Fanzine Fetiche se une un rato más tarde, y disfruta del conciertazo que se marcan. Quedan ganas de saber cómo se hacen esas canciones tan admirables, y si hay más temas a la vista.
K - Sobre el proceso creativo, ¿qué te motiva?, ¿lo consideras un fin en sí mismo?
J - No tengo ni idea, es una costumbre, una condena, una manía, una necesidad. Como el follar, vaya.
K - ¿Temes que se te olvide alguna idea que pueda dar pie a una canción, y apuntas todo lo que se te ocurre, o te da igual?
J - Se pierden mogollón de cosas que se me van ocurriendo continuamente, pero pienso que ya volverán a asomar la cabeza por cualquier otro sitio.
K - ¿Cuánto tiempo más o menos puedes decir que ha llegado a pasar entre la primera idea para un tema y la composición final del mismo?
J - El record mínimo debe ostentarlo Ya tardas, bastardo, Chanquete ha muerto o alguna de esas que más o menos se me ocurren en tiempo real. El máximo puede ser meses, pero no es fácil medir esto, porque a veces una canción se me queda aparcada durante años y de pronto la retomo.
K - ¿Has descartado frases, ideas, músicas, una vez hechas, para una canción?
J - Normalmente no; cuando doy una canción por terminada, la suelo defender a capa y espada.
K - ¿Algún tema que hayas visto que no encaja en Mamá Ladilla y hayas pensado para otro proyecto?
J - Las versiones chorras en general, eran un río desbordado que no cabía en Mamá ladilla por muchas razones. En parte por esto empecé con Engendro.
K - ¿Te sorprenden primero a ti mismo las canciones que haces? ¿Hay una sensibilidad parecida a la de escuchar un tema ajeno o no tiene nada que ver con algo propio?
J - Para mí no tiene nada que ver, lo propio es puro ombligo todo, y lo vivo con una falta de objetividad absoluta. Estoy encantado de conocerme. Las primeras diez o veinte canciones que grabé completas para Mamá ladilla (con caja de ritmos y todo eso) me pasaba escuchándolas las horas muertas. Luego las montábamos en grupo, las tocábamos (hasta hoy, algunas), las grabábamos y demás, pero yo ya estaba pensando en la siguiente, masajeando el ombligo, que para eso está.
K - ¿Hay temas nuevos en preparación / preproducción? Algo que se pueda adelantar.
J - Queremos hacer otro disco pequeño, tipo Brown album, para echarnos unas risas mientras vamos rodando la nueva formación. Pero seguramente conste de canciones desconocidas, de grupos españoles con los que sentimos alguna afinidad. También puede caer algo del tipo Palito Ortega.
El concierto acaba, recogemos, y agradecidos unos con otros nos retiramos los del Fetiche a casa, y los Ladilla al hotel. En la vuelta en coche, vamos con inmejorables sensaciones: el grupo ha creado su propio lenguaje de canciones originales, fuertes en presencia, estilo sincero y que funcionan para alegrarte, animarte, descojonarte, y sobretodo, encenderte.
Son enormes.
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